Sueño de atardecer

Sueño con una noche de verano y mil misterios que resolver.
Sueño con un rostro de colores y un mágico mirar.
Sueño con un sueño que tal vez es irreal;
pero sueño y creo que todo eso ha de cambiar.
Vivo y creo en que algún día no tan lejano,
tu mirada y la mia se crucen y se dejen encantar.

Al otro lado del espejo.

Estaba encerrada con él, si, con él en una misma habitación.No podía creer tanta desgracia.
Me miraba fijamente, con un odio tal que no puede ser descrito. Me miraba, me intimidaba, pero me obsesionaban sus ojos.
Quitaba mi mirada de la suya, pero aún me sentía invadida. Me sentía desgastada. Su mirada me cansaba el alma, me dejaba sin alientos.
Le doy la espalda. Pienso en que decir. Mis palabras serían en vano, a él no le importarían. Me doy la vuelta de nuevo. Nos miramos, nos odiamos. Con una misma expresión, nos hacemos saber que no hay más remedio que quedarnos allí, en silencio, soportando la presencia del otro.
Pasan las horas y ya mis ojos empiezan a cansarse. No había quitado mi mirada de la suya... Bueno, sólo tal vez para ver ese reloj sin pila que guardaba mi bolsillo.
Me desespero, no aguanto, debo hablarle. Me irrita su silencio, pero me irrita aún más su mirada sin trascendencia.

Estiro mi mano, lo hace al mismo tiempo que yo. Es como si de alguna manera estuvieramoss sincronizados. Al hacer este movimiento, en un punto exacto, se unen nuestras palmas y me doy cuenta que puedo entrar en él y ver lo que tiene para ofrecerme.
Pensé en pedirme permiso,para dar el primer paso dentro de su mundo, pero me pareció que todas esas cordialidades sobraban.
Nos mirabamos fijamente, con menos odio que antes, pero igual con odio. Abro mis ojos y estiro un poco más mi mano. Me doy cuenta que no me dejará pasar.
Seguiamos en contacto, pero yo quería irme, lejos, dejar de sentirme intimidada por esa mirada y esa presencia.

Trato de despegarme. Halo varias veces para quitar la mano de la suya. Al parecer hace lo mismo que yo; exactamente los mismos gestos y expresiones. Sigo halando pero no parece funcionar. Así que decido empujarlo tratando de alejarlo. No funcionó, mi empujón me ha llevado a su interior, todo cambia de color y se vuelve diferente.
Ahora estoy adento, conmigo observandome, haciendome sentir peor que antes.
De un momento a otro, ella quien siempre calla decide hablar y me dice que es su hora de salir.
Se va mientras rie y me deja encerrada, al otro lado del espejo.

Había una vez?

Un cuento lleno de odiseas magicas y fantásticas en ese país de las maravillas que a veces me cuesta imaginar. Un cuento lleno de orugas, comandantes, payasos, titeres, hadas, libélulas, hongos y muchas cosas más que no alcanzo a nombrar porque me falta el aliento.
Todas estas llenas de magia y de luz, que me cuentan diferentes historas dandome a conocer un mundo diferente con ideas que nos alejan cada vez más de la realidad.
Tan increíble es cada una de estas criaturas, que me es difícil creer que tanta maravilla pueda existir.

Pero al final me doy cuenta que estamos y seguiremos estando en un país de ensueño, donde jugamos con la realidad, la burlamos, al igual que al tiempo y al espacio. Llenandonos de humo, ese humo de esperanza que nos lleva a creer en lo irreal, haciendonos girar en un mundo de falsas ilusiones, pero al mismo tiempo, creyendo con fervor en que algún día, en algún lugar, todas esas cosas que hemos anhelado se conviertan en algo real.

Orugas que soplan delicadamente un humo espeso de formas y colores dandole un sabor diferente a la vida. Haciendonos conocer más sobre el amor y la distancia, coloreando nuestra vida con entusiasmo y aún más ilusión.

Comandantes que nos hacen ver el universo con un tono violeta y sabroso...tan saboroso es él y su nave que nos cuesta creer que tanta belleza que nos rodea, sea nuestra, y no la aprovechemos, no la disfrutemos, no nos dediquemos a ella. Tan poderoso es este comandante que logra congelar el tiempo y nos deleita con sus poderes magicos y los de su nave encantada.

Libélulas, titeres,titiriteros, hadas y mgos que nos ayudana encontrar el camino que fue borrado años atrás por algún ladrón de orquideas.Ellos, tan presentes como el aire nos guian y nos enloquecen, nos facilitan y dificultan a la vez nuestra corta estadía en ese país encantado. Tan maravillososo son ellos, que a veces nos alejamos de ellos porque sentimos que nuestra presencia es nula ante ellos... Pero ellos, con su brillante luz nos hacen saber que siempre están ahí para nosotros, así pasen años y decadas, seguirán esperando nuestro regreso.

Y que decir de tan asombrosos payasos que llenan de color nuestra vida.Nos divierten, asustan, enfurecen, nos hacen la vida diferente y aunque tratemos de sacarlos de ese país de encantos, para hacer esos colores y sonrisas realidad, se desvanecen como un atardecer, dejandonos esperando su regreso. Y aunque siempre tengamos presente su sonrisa, seguimos esperandolos, para compartir de nuevo, experiencias fantasticas que no son fáciles de olvidar.

Al final, nos damos cuenta que todo esto es un sueño más, donde nada existe si no deseo creerlo... Pero cada loco con su cuento. Y por ahora, este cuento se acabó.

Hoy.

Sentada allí, viendo ese atardecer de colores inesperados... Sentada allí junto a ti, pensando en mil historias y odiseas juntos. Esa odisea infinita en la que los dos desnudamos nuestras almas al eterno resplandor de una luna enorme.
Pienso en ti, en lo que no tengo... en que mis pensamientos hacia ti, son otro secreto que permanecerá en mi mente por un largo rato.